Una muñeca de sal recorrió muchos kilómetros hasta que llegó a la orilla del mar. Quedó prendada por aquella masa líquida en movimiento, que en nada se parecía a cualquier cosa vista antes por la muñeca.
- ¿Quién eres tú? -le preguntó la muñeca a la mar.
- Entra y compruébalo por ti misma, le respondió.
Y así lo hizo, observando como poco a poco se iba disolviendo en ese precioso líquido. Antes de desaparecer del todo exclamó:
- Ahora ya sé quien soy!!!!
Anthony De Mello